La tecnología con la que contamos hoy en día nos simplifica muchas cosas y en materia de contabilidad no es la excepción ya que abre la posibilidad de realizar y analizar las operaciones comerciales con mayor prontitud que en otras épocas.
El pasado 25 de Mayo se llevó acabo la Expoferia Nuevos Servicios Digitales SAT (Conexión 2016) en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. En el evento inaugural, el Lic. Aristóteles Núñez (Jefe del SAT) destacó la importancia de la tecnología como herramienta de comunicación y transparencia. Aprovechó para comentar, que espera muy pronto se utilice para la rendición de cuentas por parte de los funcionarios públicos y como herramienta de fiscalización para los ciudadanos.
Enfatizó que todas las dependencias en los tres niveles de gobierno deberían tener como eje que impulse la eficiencia, la eficacia, la transparencia y la trazabilidad de sus actos a la tecnología.
Lo cierto es que desde con la tecnología con la que contamos desde hace ya buen rato, varias de nuestras operaciones pueden ser fiscalizadas a través de elementos digitales con los que ya hemos venido trabajando como lo es el comprobante fiscal electrónico y el envío de la información contable a través de la página del SAT.
Así que, las cosas están cambiando, y con ello debemos tener siempre en cuenta que debemos adaptarnos a estos cambios y ser capaces de procesar toda la información, que cada vez es mas grande y de preferencia hacerlo en el menor tiempo posible.

Ahora bien, ante todo este mar de información que estamos recibiendo día con día debemos encontrar soluciones que nos permitan trabajar con el menor estrés posible.
Cientos y cientos de comprobantes fiscales nos llegan todos los días: Unos a nuestro correo electrónico y otros los tenemos que bajar del SAT.
Esto porque el cliente acostumbra a darle reenviar a todos los comprobantes que recibe o de plano da nuestro correo directamente a su proveedor para que este nos envíe el comprobante fiscal.
Total que siempre tenemos información duplicada y sin orden alguno, entorpeciendo nuestro trabajo, mas si no tenemos la costumbre de ordenar y depurar nuestros archivos.
Si eres contador sabes a lo que me refiero…
Ahora bien, de acuerdo con la legislación mexicana, en materia de comprobación fiscal, los contribuyente se encuentran obligados a conservar la documentación relacionada con la contabilidad de su negocio, durante el tiempo que la autoridad tenga vigente sus facultades de comprobación, 5 años en términos generales y hasta 10 cuando el contribuyente no presente una declaración en tiempo y forma estando obligado a hacerlo.
Entre la documentación que deberá conservar nos encontramos con los comprobantes fiscales, que pueden ser facturas, recibos de honorarios, de arrendamiento, de nómina, y en general cualquier comprobante fiscal que ampare los actos o actividades que realizó y con las que estuvo relacionado durante su ciclo económico.
Fue entonces que en el año 2004, la autoridad incluyó la figura de la llamada “facturación electrónica” con la finalidad de facilitar la revisión hacia los contribuyentes, simplificando así la manipulación de los documentos y a la vez permitiendo a los contribuyentes la reducción de costos al implementar sistemas que le permitan automatizar procesos.
La realidad es que el proceso ha sido difícil para ambos actores.
Por un lado la autoridad sigue realizando procedimientos de forma manual para poder fiscalizar a todo mundo (como si no contará con la tecnología actual) y por otro el contribuyente sigue teniendo complicaciones para entender realmente la tecnología y el potencial que representa contar con toda la información en un formato universal (XML), permitiéndole generar reportes en cuestión de segundos.
Con decirte que aún existen contribuyentes pidiendo la versión impresa, porque siguen con la idea de que “papelito habla“.
Este formato, es en realidad lo que la autoridad reconoce realmente como comprobante fiscal hoy en día, ya no la versión impresa.
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